martes, 29 de abril de 2025

El sacrificio de ser padres

Ser padre es una entrega constante, una renuncia silenciosa a muchas cosas que, antes, parecían esenciales. Cuando llegan los hijos, cambian nuestras prioridades, nuestros sueños y hasta nuestras necesidades. Ya no pensamos en nosotros mismos primero; cada pensamiento, cada decisión, gira en torno a su bienestar, su felicidad, su futuro.


Y lo curioso es que todo nos parece poco. No importa el cansancio, no importan las renuncias, no pesan los desvelos. Darlo todo se convierte en algo natural, instintivo, como respirar. Cada sacrificio, grande o pequeño, lleva el nombre de un amor que no busca recompensa, porque la verdadera recompensa es verlos sonreír, verlos crecer, verlos ser felices.


Ser padre o madre es entender que el sacrificio no se siente como pérdida, sino como un regalo. Un regalo que damos a nuestros hijos cada día, sabiendo que, aunque ellos quizá no lo comprendan ahora, un día sabrán que todo lo que hicimos, lo hicimos por amor. Porque para nosotros, siempre, siempre, todo nos parece poco cuando se trata de ellos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuando el Silencio Habla

Hoy, después de misa, decidí quedarme un rato más. No tenía prisa. Algo en mí me pedía quedarme. Y lo hice. Me senté frente al Sagrario, fre...